Planifícate y ahorra.
Piensa en lo que quieres hacer con el dinero.
Una razón por la que muchas personas no alcanzan sus metas económicas o no pueden ahorrar dinero es que no saben qué quieren hacer con él.
¿Quieres ahorrar para pagar la universidad, comprarte tu propia laptop o un auto?
¡Decidir qué quieres hacer con tu dinero es el primer paso para poder ahorrarlo!
Si tienes dificultades para determinar qué quieres hacer, consúltalo con las personas que te conocen mejor: tus padres y tus amigos cercanos.
Pensar con otras personas que te conocen muy bien te puede ayudar a librarte de tus propios pensamientos y despertar nuevamente tus sueños y metas.
Elige una meta de ahorro.
Cuando ya sepas qué quieres hacer con tus ahorros, puedes determinar cuánto ahorrarás cada semana o cada mes, dependiendo de cuándo recibas tu mesada, tu sueldo o cualquier otra fuente de ingreso.
Ahorrar un tercio de tu ingreso podría parecer mucho, pero es la única forma de ahorrar una cantidad considerable.
Ahorrar un tercio o el 30 % de todo dinero que recibas es una de las mejores estrategias de ahorro que existen.
Abre una cuenta bancaria.
Conseguir una cuenta bancaria es un paso importante para volverse más maduro y responsable.
Tanto los nombres de tus padres como el tuyo figurarán en la cuenta por fines legales y de obligaciones económicas.
Esto puede parecer una desventaja, pero también puede dificultar gastar tu dinero cuando quieras hacerlo, ya que tus padres podrán descubrir con facilidad en qué lo gastaste.
Busca bancos que cuenten sin los cargos y los requisitos de saldo mínimos.
Ahorra todo dinero extra.
Si obtienes dinero extra por festividades o tu cumpleaños, siempre ahorra como mínimo la mitad.
Algunas familias incluso les regalan a los hijos de sus familiares bonos de ahorro para la universidad o dinero guardado para que lo ahorren a largo plazo.
Deposita ese dinero en el banco, no en tu alcancía.
¡Ahorra el cambio!
Pon todo lo que te sobre del dinero del almuerzo o lo que tengas en un frasco de vidrio o una alcancía y úsalo de vez en cuando.
¡Te sorprenderá saber cuánto puedes ahorrar sin siquiera esforzarte mucho!
Negocia con tus padres.
Pregúntales a tus padres si pueden darte un dinero “equivalente” a tus ahorros para motivarte a desarrollar buenos hábitos de ahorro.
Puedes preguntarles a tus padres si podrían darte un dinero equivalente a tus ahorros y agregar otros $40.
Esto te dará un mayor incentivo para ahorrar.
Reduce tus gastos
Lleva contigo la menor cantidad posible de dinero.
De esta forma, no tendrás la necesidad de gastar dinero en artículos innecesarios ni tomarás decisiones impulsivas cuando estés en una tienda.
Ahorra antes de gastar.
Siempre que recibas dinero (ya sea un regalo, una mesada o un sueldo), toma de inmediato la cantidad que quieras ahorrar y guárdala.
Esto garantizará que no gastes el dinero que quieres ahorrar.
Gasta tu dinero en cosas importantes.
Puedes gastar tu dinero en un elemento: tu futuro.
Debes sentirte bien cuando gastes dinero si se trata de una inversión para tu futuro y, en especial, tu capacidad futura para generar ingresos.
Por ejemplo, ahorra para pagar la educación si piensas ingresar a una universidad.
Si planeas ser cantante, gasta tu dinero en clases de canto.
Gasta tu dinero en ropa adecuada si consigues un trabajo de oficina.
Es perfectamente aceptable gastar dinero para destacarte y a su vez ganar más dinero con el tiempo.
Dale un valor al dinero.
Debes decidir si lo que quieres es igual de valioso que el tiempo que necesitaste para ganar el dinero con el que lo comprarás.
Además, ¿puedes comprar ese juego y equilibrar las otras necesidades que debes saciar con ese dinero, como ahorrar 1/3 o pagar la gasolina de tu auto?
Debes pensar cuidadosamente sobre lo que valoras y debes tomar decisiones según corresponda.
Mantente enfocado en lo que quieres.
Mantente enfocado en el premio y exactamente en lo que planeas hacer con tu dinero ahorrado.
Dibuja o imprime una imagen de lo que quieres y pégala en tu alcancía o tu frasco de ahorros, o incluso sobre tu tarjeta de débito.
Ofréceles algún servicio a tus vecinos o amigos de la comunidad.
Cobra montos diferentes dependiendo de la cantidad de trabajo que debes realizar y del tamaño del jardín.
Puedes promocionar tus servicios haciendo volantes y pegándolos en los postes, y pidiéndoles a tus vecinos que los coloquen en sus puertas.
Ofréceles a tus amigos o vecinos servicios de cuidado de mascotas.
Cuida sus mascotas, riega sus plantas y recoge su correspondencia.
Vende cosas.
Realiza una venta de pasteles en tu vecindario o abre un puesto de limonada durante el verano.
Si tienes experiencia comprando y vendiendo cosas en Internet, considera la posibilidad de vender estampillas antiguas, aparatos electrónicos u objetos coleccionables a través de páginas de Internet como MercadoLibre, OLX o incluso Facebook.
Existen muchas formas grandiosas de ganar un poco de dinero extra ofreciendo un producto en venta o intercambiando tus cosas viejas por dinero.
¡Sé creativo para alcanzar tus metas de ahorro!
Consigue un empleo de medio tiempo.
Mantén un control de tu dinero.
Determina y mantén un control de la cantidad de dinero que recibes de diferentes fuentes .
Por lo general, se puede acceder a los estados bancarios por Internet o puedes acudir a una sucursal del banco para consultarlos.
También hay aplicaciones para teléfonos inteligentes que hacen que sea fácil depositar dinero de inmediato en tu cuenta.
Ahora muchos bancos permiten a los clientes tomar fotografías de los cheques con su teléfono inteligente y transferir el dinero a sus cuentas bancarias.
Mantén un registro de tus gastos.
Guarda los recibos o mantén un cuadro que indique todas las compras que realizaste, incluso la comida.
Pon la fecha, el artículo que compraste y la cantidad que gastaste.
También hay aplicaciones diseñadas para controlar las finanzas personales que puedes descargar en tu teléfono inteligente y usar para registrar tus gastos.
Toma nota de todo lo que sea inusual.
Mantén un control de todo lo que no concuerde con tus hábitos comunes de ahorro y consumo.
Mantener tu registro en orden y estar bien informado también te ayudará a detectar cualquier error o problema que haya en tu situación económica.
Cuando sepas qué es lo que ocurre, podrás evaluar nuevamente y determinar cómo volver a adoptar tus metas de ahorro.
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